lunes, 6 de junio de 2011

Elecciones en Portugal, el voto de castigo cimenta la derrota de Sócrates

Passos Coelho nuevo primer ministro portugués

La socialdemocracia europea recibió ayer otro duro golpe al perder las elecciones en Portugal y el gobierno del país. José Sócrates, primer ministro portugués durante los últimos 6 años y líder del Partido Socialista (PS) de ideología socialdemócrata, recibió un voto de castigo masivo por su gestión de la crisis económica y de la crisis de la deuda, que ha llevado al país al rescate financiero por parte de la llamada Troika: el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea. El principal beneficiado ha sido el líder del Partido Social Demócrata (PSD) que a pesar del nombre es un partido conservador, y su líder Passos Coelho que será sin ningún género de dudas el próximo primer ministro portugués.

José Sócrates
Para ponernos en antecedentes tenemos que retrotraernos al año 2008, cuando la crisis financiera internacional ya comenzaba a hacer estragos en Europa. Ante la necesidad de salvar la economía nacional, Portugal, al igual que la mayoría de países de la OCDE, aumentaron significativamente el gasto público, lo que a corto plazo significó un aumento del déficit; a la vez que se hacía un mayor gasto por parte del Estado, este recibía menos debido a la crisis, al aumento del desempleo, etc... En Portugal ya antes de la crisis el déficit era considerablemente alto, del 2,9% en 2008 y rozaba lo marcado por el Pacto de Estabilidad, que penalizaba a los países con un déficit mayor del 3%. En el caso portugués muy pocas veces se ha conseguido mantener el déficit por debajo de esa cifra ya que cuenta con un déficit estructural que ningún gobierno ha podido controlar. En el caso del primer ministro Sócrates cuando llegó al gobierno en 2005 el déficit era del 5,9%, uno de los más elevados de Europa. Pero el gobierno del PS pudo bajar la cifra hasta el 2,9% antes de que las consecuencias de la crisis internacional comenzaran a propagarse. Entre 2008 y 2010 el déficit se disparó hasta el 9,3% en 2009 y 9,1% en 2010, en consonancia con otros países europeos como España, Reino Unido o Grecia.

La situación comenzó a agravarse cuando, sumado a las consecuencias de la crisis sobre la economía real: paro, bajada del consumo y de la inversión privada, etc... las agencias de rating comienzan a atacar a los países con un mayor déficit amenazando con bajar las calificaciones de su deuda. El gobierno portugués, necesitado de pedir dinero en los mercados internacionales para financiar sus gastos temía que una mala nota por parte de las agencias de rating les obligase a subir el interés al que pedían el dinero y por tanto alcanzar niveles insostenibles de endeudamiento, como ya comenzaba a ocurrir en Grecia. A partir de la primavera de 2010 la crisis de la deuda en Europa entra en su máximo apogeo y los especuladores internacionales, de la mano de las agencias de rating y con la adquisciencia de los gobiernos neoliberales mayoritarios en Europa, sobre todo de la Alemania de Merkel y la Comisión Europea, comienzan a poner en el punto de mira a varios países europeos. Entre estos países estaba Portugal, que junto a Grecia, España e Irlanda se sitúaba como uno de los países en riesgo de ser rescatados por el FMI y el BCE. El problema de ser rescatado, y como se comenzó a ver en el caso griego, es que a cambio de prestar el dinero, por cierto a un interés nada generoso, el FMI y el BCE imponían unas medidas de austeridad radicales en aras de que el déficit se contuviera y bajase al 3% para 2013. Portugal, con un interés de más del 9% se situaba como carne de cañón para los especuladores internacionales. A partir de la primavera de 2010 y con el caso griego como precedente, países como España, Portugal o Reino Unido comenzaron a hacer ajustes presupuestarios, recortes del gasto social y políticas más propias del neoliberalismo. Pero el hecho de que los gobiernos de estos países fuesen socialdemócratas dejaba en evidencia a sus líderes ante los votantes ya que sus políticas económicas habían cambiado radicalmente en cuestión de meses presionados por los especuladores, por Bruselas y por Berlín.

Passos Coelho
En Portugal el primer ministro Sócrates comenzó a aplicar medidas de ajuste en sus famosos PECs (Programa de Estabilidad y Crecimiento), paquetes de medidas de austeridad y de recortes. Al no tener mayoría absoluta en el Parlamento portugués Sócrates debía de negociar su aprobación con los dos partidos de la derecha, el PSD representante de un conservadurismo neoliberal, y el CDS-PP (Centro Democrático y Social-Partido Popular) democristiano, ya que los partidos de izquierda, la CDU (Coalición Democrática Unida) comunista y el anticapitalista Bloco Esquerda se oponían totalmente a cualquier medida de ajuste. Los tres primeros PECs fueron aprobados gracias al acuerdo entre el PS de Sócrates, el PSD liderado por Passos Coelho y el CDS de Paulo Portas. Al contrario que en otros países los principales partidos del centro-izquierda y del centro-derecha se pusieron de acuerdo en las principales medidas. Pero la relación entre Sócrates y Passos Coelho fue enfriándose hasta el punto que durante la votación del cuarto PEC el PSD y el CDS no lo apoyaron. Al contar sólo con los votos de su partido el PS, Sócrates no pudo aprobar el PEC. Desde los partidos de la derecha denunciaron que Sócrates no les había consultado a la hora de elaborar las medidas introducidas en el PEC, en cambio desde el PS criticaban que la negativa de estos a aprobar el paquete de austeridad empujaba al país hacia el rescate financiero. Ante la imposibilidad de seguir adelante con sus medidas de austeridad, el 23 de marzo de 2011, el mismo día en que se votó en contra del PEC 4, Sócrates dimitía como primer ministro y se convocaban elecciones anticipadas para el 5 de junio.

Tras la dimisión de Sócrates las primeras encuestas señalaban que el PSD de Passos Coelho se situaba 10 puntos por delante del PS de Sócrates, lo que parecía una diferencia insalvable. Pero pronto la candidatura de Sócrates comenzó a despuntar y a tan sólo un mes de las elecciones algunas encuestas comenzaban a señalar empate técnico entre Sócrates y Passos o incluso situaban al socialdemócrata por encima del conservador. La subida del PS se explicaba por que ya en campaña el PSD había comenzado a hablar sobre los difíciles ajustes que iba a proponer y los votantes se dieron cuenta que las medidas del PSD eran similares a las de los PECs presentados por Sócrates o incluso más duras. El PS en cambio se presentó como el partido de la responsabilidad, y como el partido que había hecho todo lo posilbe para salvar al país del rescate financiero.

Paralelamente al inicio de la campaña electoral, Portugal definitivamente entró en negociaciones con el FMI, el BCE y la Comisión para ser rescatado. Esto acabó definitivamente con las aspiraciones de Sócrates ya que fue señalado como el causante directo de que Portugal finalmente tuviese que ser rescatado y que había fracasado en su principal objetivo. Durante el último mes antes de las elecciones la diferencia entre los dos principales partidos, el PS y el PSD se fue distanciando en favor del segundo. Pocos días antes de las elecciones los conservadores lograban situarse en las encuestas a entre 5 y 7 puntos de distancia del PS. En cambio las imágenes de los miembros del gobierno del PS negociando con los de la Troika (FMI, BCE y Comisión) dañaban seriamente las aspiraciones de Sócrates de ganar unas terceras elecciones. El PSD además guardaba más prudencia a la hora de hablar de sus hipotéticas medidas de ajuste, entre ellas la subida del IVA del 23 al 25% cuando el propio Passos Coelho criticó abiertamente la subida del IVA hasta el 23% que realizó el gobierno de Sócrates pocos meses antes.

Al margen de los partidos grandes los partidos medios, el democristiano CDS, la comunista CDU y el anticapitalista BE intentaban acaparar los votos de los descontentos del PS y PSD. Según las encuestas el derechista Paulo Portas líder del CDS había logrado este objetivo, y tendría la llave de para formar un gobierno de coalición con el PSD. Los comunistas también parecían mantener al grueso de su electorado capitalizando la oposición al rescate financiero y a las medidas de ajuste. Por último el BE, con un programa menos concreto pero con una posición firme en contra de las medidas de recortes y austeridad, parecía no tener tanto éxito como los comunistas a la hora de conservar a su electorado. Esto se puede explicar por que el BE es un partido muy joven, con representación parlamentaria tan sólo desde 2002 y por tanto no tiene un electorado tan establecido y leal como el que podría tener el viejo partido comunista portugués.

Finalmente los resultados de las elecciones no se han distanciado mucho de lo que las últimas encuestas apuntaban. El pasado domingo 5 de junio el conservador PSD de Passo Coelho conseguía una victoria mayor aún de lo esperada. Lograba el 38,6% de los votos, muy superior al 29,1% que en 2009 consiguió el PSD con Manuela Ferrera Leite. Los conservadores conseguían ser el partido más votado en todas las regiones del país salvo en los tradicionalmente izquierdistas Alentejo y Setúbal. Incluso en Lisboa el PSD conseguía con un 36,2% de los votos colocarse 10 puntos por encima del PS de Sócrates. También conseguía ser el partido más votado en las principales ciudades, salvo en Guimaraes, Abrantes, Amadora, Loures, Almada, o Seixal donde ganó el PS. A expensas de saber como se distribuyen los 4 escaños de los votantes en el extranjero, que presumiblemente irán 3 para el PSD y 1 para el PS, los conservadores han obtenido 105 diputados y se han quedado a tan sólo 10 diputados de la mayoría absoluta que está establecida en los 115. Por ello será necesario pactar con el CDS, única posibilidad, pero suficiente.

El PS logra uno de sus peores resultados en su historia reciente. Muy lejos del 36,6% de los votos cosechados en 2009, Sócrates tan sólo ha obtenido un 28,1% de los sufragios, el peor resultado del PS desde 1987. Los socialdemócratas tan sólo han sido los más votado en el Alentejo y Setúbal, en el centro-sur del país. Han perdido medio millón de votos que han ido a parar directamente al PSD, presumiblemente a modo de voto de castigo.

El CDS de Paulo Portas no logra conseguir sus aspiraciones y pasa de los 21 a los 24 diputados y del 10,4% al 11,7% de los votos, un aumento insuficiente para las expectativas que se habían creado. Pero consigue ser el tercer partido más votado en el centro y norte del país, además de en Madeira, las Azores y el Algarve. Estos resultados, peores de lo esperado, pueden deberse a la mala gestión de Paulo Portas como ministro de Defensa entre 2002 y 2005 en la anterior coalición entre PSD y CDS. La controvertida compra de submarinos a Alemania durante su mandato explica parte del déficit que ahora afecta al país. A pesar de unos resultados agridulces, el partido de Portas consigue ser la llave parlamentaria para que Passos Coelho pueda gobernar tranquilamente ya que los votos de ambos partidos sobrepasan la mayoría absoluta, por tanto se espera que PSD y CDS formen un gobierno de coalición y que Portas sea el próximo ministro de Defensa o de Exteriores.

A la izquierda del espectro político las elecciones han significado la consolidación de la coalición comunista (PCP) y verde (PEV) de la CDU y el fin del vertiginoso ascenso electoral del BE. La CDU liderada por el comunista Jeronimo de Sousa ha conseguido sumar un diputado más con el 7,9% de los votos y ser el tercer partido más votado en 4 de las 8 regiones del centro y sur del país. El partido sigue regionalizado en torno a las regiones sureñas y no consigue gran implantación en el norte, donde sigue siendo el cuarto o quinto partido. El BE ha perdido a la mitad de sus votantes pasando del 9,8% al 5,2% de los votos y de los 16 a los 8 diputados. Podría ser uno de los partidos más penalizados por el aumento de la abstención.

Paulo Portas
Portugal tendrá a partir de ahora nuevo primer ministro. Passos Coelho firme defensor del neoliberalismo, paradójicamente deberá de arreglar lo que el neoliberalismo y la mala gestión han provocado en Portugal. El PS en cambio entra en un proceso de busca de liderazgo, ya que Sócrates ha dimitido como secretario general del partido. De todos modos ganase quien ganase las políticas hubiesen sido las mismas, ya que en este momento los portugueses no son dueños de sus votos, sino que las medidas a tomar por sus representantes en el parlamento son dictadas por el FMI, Bruselas y Berlín. Es por tanto quizá las elecciones donde los portugueses menos poder de decisión han tenido, lo que explica que la abstención sea de un 41,1%. Además en estas elecciones medio millón de votantes de Sócrates han visto que puestos a hacer políticas neoliberales mejor votar al PSD que ya las vienen haciendo desde hace años. El PS ha pagado en las urnas el hacer políticas que no se corresponden con su ideario ni con su programa electoral y el no saber explicar el porqué de ese cambio de 180 grados de sus políticas económicas y sociales.

Participación
58,9%
% Votos 2011
% Votos 2009
Escaños 2011
Escaños 2009
Nº Votos 2011
Nº Votos 2009
PSD
38,6%
29,1%
105
81
2.145.452
1.653.665
PS
28,1%
36,6%
73
97
1.557.864
2.077.238
CDS-PP
11,7%
10,4%
24
21
652.194
592.778
CDU
7,9%
7,9%
16
15
440.850
446.279
BE
5,2%
9,8%
8
16
288.076
557.306

José Sócrates tras anunciar su dimisión como líder del PS



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