miércoles, 23 de marzo de 2011

En las orillas de Trípoli una vez más: dos siglos de conflictos entre Estados Unidos y Libia

From the Halls of Moctezuma, to the Shores of Tripoli, we fight our country's battles in the air, on land and sea” (Desde las Puertas de Moctezuma hasta las orillas de Trípoli, luchamos las batallas de nuestra patria, por aire, tierra y mar). De este modo comienza el himno oficial del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Sorprende la alusión a Trípoli, capital de Libia, en un himno con casi dos siglos de historia. Pero no es una mención casual o fruto de la mente de un compositor visionario. Hace 210 años la recién creada flota estadounidense se encontraba bloqueando el puerto de Trípoli como parte de un conflicto que había enfrentado a la joven república americana con el Bey de la ciudad libia. Sería el primer capítulo de las complicadas relaciones entre los EEUU y Libia, que han cobrado en la actualidad una magnitud de primer orden. Después de 200 años de desencuentros, conflictos y acercamientos la historia ha llevado, paradójicamente, a estos dos países al mismo punto inicial. Si la guerra contra el Bey de Trípoli en 1801 supuso el inicio de la presencia militar norteamericana en el Mediterráneo, el conflicto actual contra la Libia gaddafista puede suponer el principio del fin de esta presencia.

Las relaciones diplomáticas entre los EEUU y Libia han sido por lo general malas y, no en pocas ocasiones, han habido enfrentamientos militares entre los dos países. A pesar de que las circunstancias internacionales han cambiado durante los dos siglos que separan la guerra entre los EEUU y el Bey de Trípoli de 1801 y la actual campaña militar contra Gaddafi, el teatro de operaciones sigue siendo el mismo y ni Washington ha renunciado a mantener su presencia naval en la zona, ni Libia a resisitir a la presión militar norteamericana. Si en 1801 era Trípoli quién se pavoneaba de su poderío naval gracias a la formidable flota pirática que amenazaba a todo el Mediterráneo Occidental, hoy es EEUU quien hace gala de su potente Sexta Flota. Si hace 200 años EEUU contaba con el apoyo de España, Reino Unido, Francia o el Reino de las Dos Sicilias (sur de Italia), contra los piratas tripolitanos, hoy también cuenta con los mismos aliados. Pero mientras que el escenario y los actores son los mismos, las causas son diferentes; entre 1801 y 2011 son muchos los cambios que afectarán a la conflictiva relación entre EEUU y Libia.

Buque estadounidense Philadelphia ardiendo en Trípoli


En 1801 Libia no existía, el país se inventaría años después durante el dominio colonial italiano de la región. En 1801 la actual Libia estaba compuesta por una estrecha franja costera de Estados piráticos bajo la virtual soberanía del Sultán Turco. El más importante de ellos era el estado de Trípoli, actual capital de Libia y núcleo del poder de Gaddafi. El Bey de esta ciudad controlaba la costa Occidental de la actual Libia, la Tripolitana y de facto llevaba a cabo una política autónoma e independiente de Estambul. Trípoli, junto a Túnez, Argelia y el sultanato de Marruecos, habían aterrorizado el Mediterráneo durante siglos por sus actividades piráticas. Ya en 1510 el rey Carlos I de España y Emperador de Alemania había ocupado la ciudad de Trípoli para frenar los ataques de los piratas berberiscos a las costas españolas e italianas. A finales del siglo XVIII la recién independizada república americana también comenzó a sufrir los ataques de los piratas norteafricanos a sus barcos en el Mediterráneo. Al igual que a los países europeos, los estados del Norte de África solicitaban un impuesto a Washington para que sus ataques cesaran. Mientras que Francia o España recomendaron a Washington pagar el impuesto y el rescate por los estadounidenses capturados por los piratas, el recién nombrado presidente Thomas Jefferson aprovechó la oportunidad para demostrar la fuerza de su recién creada flota. En 1801 comenzó la guerra que enfrentaría a EEUU con Trípoli. La guerra se extendería hasta 1805 periodo durante el cual ninguno de los dos bandos se impuso. No fue hasta que varios marines norteamericanos ayudados por mercenarios griegos, árabes y bereberes capturasen la ciudad tripolitana de Derna tras una campaña terrestre desde Egipto en 1805, que la guerra terminó. La Primera Guerra Berberisca supondría para EEUU el impulso definitivo para del desarrollo de una fuerza naval potente y el primer ensayo de una intervención militar más allá del Atlántico.

Durante el resto del siglo XIX no hubo más conflictos serios entre Trípoli y los EEUU. En 1911, en plena descomposición del Imperio Turco, la República italiana invadió Trípoli y las regiones adyacentes de la Cirenaica y Fezzan. En 1934 Italia agrupó las tres regiones bajo la denominación de Libia. Durante la 2ª Guerra Mundial Libia sería el escenario de numerosas batallas entre el Eje y los aliados. En 1943 los aliados capturaron Trípoli expulsando a los italianos y alemanes del Norte de África. Los estadounidenses ocuparon la base aérea de Mellaha o Wheelus, a las afueras de Trípoli, que desde entonces estaría controlada por las Fuerzas Aéreas de EEUU. Por segunda vez durante la corta historia de los EEUU, tropas norteamericanas estaban desplegadas en la Tripolitana. Pocos años después, en diciembre de 1951, Libia lograba la independencia bajo la forma de una Monarquía. EEUU fue uno de los países que más había presionado en la ONU para que esto sucediese.

1969 supuso un punto de inflexión en las relaciones entre Washington y Trípoli. Si desde la independencia ambos países habían disfrutado de muy buenas relaciones, debido sobre todo a la importancia geoestratégica de Libia, a la presencia militar estadounidense en la base de Wheelus y al descubrimiento de petróleo en el país en 1959, a partir de 1969 todo cambió. En septiembre de ese año el coronel Gaddafi llevó a cabo un exitoso golpe de Estado y derrocó al rey Idris. El anti-occidentalismo del nuevo líder libio empeoraría las relaciones hasta el punto de que en 1972 Washington retiraría a su embajador. Dos años antes los EEUU habían sido obligados a abandonar la base aérea de Wheelus. En 1979, al calor de la revolución iraní y la crisis de los rehenes de la embaja norteamericana en Teherán, la embajada de EEUU en Trípoli fue asaltada. Washington respondió cerrando la embajada y añadiendo al régimen de Gaddafi a la lista de países patrocinadores del terrorismo.

La década de los 80 supondrá la época más conflictiva de las relaciones entre Libia y EEUU desde 1805. Los estrechos lazos de Trípoli con Moscú y el apoyo de Gaddafi a la causa palestina y al terrorismo internacional complicará todavía más la situación. Durante esta década la rivalidad entre ambos países los colocaría al borde de la guerra en varias ocasiones. En 1981 dos cazas libios fueron derribados en el Golfo de Sirte por aviones de EEUU. En 1986 varios buques navales estadounidenses fueron atacados por misiles libios. En respuesta los EEUU hundieron dos patrulleras libias y atacaron una base militar en Sirte. En abril de 1986 se produjo el ataque más mortífero. Ese mismo mes dos soldados norteamericanos murieron en un atentado en la discoteca La Belle en Berlín Occidental. Se atribuyó el acto terrorista a agentes de Gaddafi y Reagan, presidente de EEUU por entonces, respondió con el bombardeo de Trípoli y Bengazi. En 1988 agentes libios explotaron un avión de la Pan Am, con 180 nacionales de EEUU, mientras sobrevolaba el pueblo escocés de Lockerbie en dirección a Nueva York. Centrado en las acciones militares en el Golfo contra Saddam Hussein, el presidente George Bush optará por impulsar sanciones económicas en la ONU contra Libia. Durante la década de los 90 la situación será de calma tensa y el régimen de Gaddafi sufrirá las sanciones económicas aplicadas por EEUU y la ONU y el aislamiento internacional.

La invasión de Irak y el derrocamiento de Saddam Hussein en 2003 suponen el comienzo de una nueva era en las relaciones libio-estadounidenses. Temeroso de compartir el mismo destino que el dirigente iraquí, a partir de 2003 Gaddafi intentará mejorar sus muy dañadas relaciones con EEUU. Washington y el resto de países occidentales se mostrarán muy por la labor de olvidar el pasado de Gaddafi, ya que las grandes reservas de petróleo libio eran demasiado jugosas. Durante 2003 Libia anuncia el pago de reparaciones económicas para las familias de las victimas del atentado de Lockerbie y el demantelamiento de su programa de armas de destrucción masiva. El Consejo de Seguridad de la ONU respondió a estas medidas con el levantamiento de las sanciones a Trípoli, con el apoyo entusiasta de Tony Blair, primer ministro británico, y la cómplice abstención de los EEUU de George W. Bush. En 2004 Washington eliminó la mayoría de sanciones contra Libia. En 2006 los EEUU reabrieron su embajada en Trípoli, cerrada desde 1979 y borraron a Libia de la lista de países patrocinadores del terrorismo. En septiembre de 2008 la Secretaria de Estado Condolezza Rice visitó Libia. 

Buque de los EEUU bombardeando Libia en 2011
En menos de una década Trípoli y Washington pasaron de enemigos acérrimos a socios energéticos y aliados en la lucha contra Al Qaeda. Obviando el carácter dictatorial de su régimen y el apoyo de Gaddafi a numerosos grupos terroristas, los EEUU han preferido tener acceso a las grandes reservas petrolíferas libias y olvidar las discrepancias del pasado. En 2011 la situación ha vuelto a cambiar; Obama ha apoyado a Francia y Reino Unido en la organización de una operación militar para frenar el avance militar de Gaddafi contra los rebeldes, enfrentados al régimen y que desde hace varios días tan sólo controlan la Cirenaica, región Oriental de Libia. 210 años después los buques norteamericanos vuelven a bombardear Trípoli. En 1801 los EEUU demostraban por primera vez al mundo que contaban con la fuerza naval suficiente como para intervenir más allá de su zona de influencia. En 2011 Washington quiere seguir demostrando lo mismo, pero endeudados por la crisis económica y por las campañas militares en Irak y Afganistán, los EEUU probablemente no podrán mantener su presencia militar en Libia por mucho tiempo.



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